miércoles, 1 de abril de 2009

¿Cómo se explica el aumento del diagnóstico del déficit atencional en nuestros alumnos?

Para responder esta pregunta me basaré en el paradigma interpretativo, específicamente en la visión de la doble hermenéutica, de Anthony Giddens, es necesario observar la realidad que se estudiará dentro de su contexto, estando inmersa en el, y no como hechos aislados. Creo que a la hora de diagnosticar el Trastorno de déficit atencional, sólo se están estudiando los comportamientos, relatados y/u observados, pero sin indagar más allá en la conducta de los niños, si es un exceso de estímulos, la televisión, los juegos de PC o consolas, etcétera, muchas veces por no examinar el contexto desde cerca se diagnostica a quienes no deben ser diagnosticados.

Si en 2004 se vendieron 26 mil unidades de metilfenidato para tratar el déficit atencional, hoy se venden aproximadamente 38 mil. Un incremento bastante considerable, pero ¿qué está ocurriendo con nuestros niños?, ¿a qué se debe este sorpresivo aumento en las cifras?

Mi hipótesis es que existe en nuestras aulas un sobrediagnóstico. En general se utiliza el Test de Conners, en el cual se estipulan ciertos patrones de comportamiento o síntomas del niño. Efectivamente hay un incremento en los niños inquietos e impulsivos, pero esto podría ser causado por un exceso de estímulos. Por lo tanto ¿presentarán todos estos niños trastornos de déficit atencional o son solo niños inquietos herederos de una sociedad llena de información? Probablemente sea correcto el diagnóstico en un gran porcentaje pero hay otros niños que quedan totalmente anulados en el aula gracias al famoso metilfenidato, ya conocemos de su efectividad, pero ¿será este el remedio para esta epidemia? Ya que se incrementa el número de diagnosticados ¿no debiésemos evaluar la posibilidad de comenzar a cambiar ciertas metodologías de enseñanza?